6 abr 2014

AUTOCENSURA Y BOCHORNOS

«Hablemos de la autocensura», y medio público se va corriendo y la otra mitad se parte los huesos de risa, que no de la risa. Podría hablar solo de escritores, sí, pero no somos los únicos, ¿verdad? Todo el mundo con una opinión que exponer o una postura que defender puede sufrir de autocensura: miedo, incluso inquebrantable rechazo, a expresarnos tal y como pensamos, vivimos y sentimos las cosas. Y partiendo de una escritora, a renunciar a nuestras ideas, nuestro trabajo. 



Y, sin salirnos del campo de los escritores, a mí la autocensura me lleva a la imagen de un escritor avergonzado de su trabajo, avergonzado de lo que ha creado porque no lo ve correcto (o porque así se lo han impuesto), o porque simplemente lo cree de poca calidad, de cualquier modo podremos diagnosticarlo como problema de autocensura.

En ambas situaciones, yo me preguntaría ¿vale la pena censurar aquello que nos pertenece como personas conscientes y de este mundo y victimas de esta sociedad? Que sienten, padecen, y que, en cualquier caso, son aprendices de la vida, y siempre tendrán que superarse, porque nunca alcanzarán la perfección. 

Entonces, ¿es posible que un escritor se avergüence de su trabajo? Obviamente, sí, pero ¿es bueno?

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No podría explicar el modo en el que esta frase me hizo fruncir el ceño. Le he intentado buscar los cuatro pies al gato, en este caso, a la frase, y no veo forma de estar de acuerdo con ella. 

No creo que haya que renunciar a lo que queremos ser, ni aun siéndolo. Muchos de los que se autocensuran son los principiantes; he visto muchos escritores de internet que solo saben cargar contra su supuesta falta de talento, que se sienten mejor tirando piedras sobre su propio tejado para justificar el hecho de que simplemente tienen que seguir aprendiendo

¿Hasta qué punto la humildad de un escritor/persona-que-escribe le hace infravalorar su trabajo o avergonzarse del mismo? Creo que a veces confundimos la humildad con la falta de confianza o de autoestima. Y por ahí, nadie debe pasar. La confianza en nosotros mismos es lo único que va a hacer que salgamos adelante, con la cabeza alta. Y para ello, primero debemos valorarnos y, por supuesto, valorar nuestro trabajo, que se quiera o no, forma parte de nosotros.

No podemos dejar que los comentarios negativos acerca de nuestro trabajo nos hundan hasta el punto de que nos intimide lo que puedan pensar de nosotros, hasta el punto que nos avergoncemos de lo que hacemos. Entonces, ¿qué quiere decir Nietzsche con aquello de el mejor escritor es el que se avergüenza de serlo? No creo que por ser buen escritor haya que esconderlo, o avergonzarse, aunque, por supuesto, tampoco hay que caer en la arrogancia. 

Pero no solo los principiantes o los faltos de autoestima se censuran, qué va, ni mucho menos. Claro es el caso de William Powell, el autor de El libro de cocina del anarquista, relato en el que expresa su desacuerdo para con la Guerra de Vietnam a la que le destinaron a sus 19 años. Su contenido es una bomba contra el gobierno (incluso contiene recetas para fabricarlas, literalmente). Sin duda alguna, este libro se convirtió en uno de los libros más polémicos de la historia, haciéndose increíblemente popular. Sin embargo, tras tanto tiempo, e ignorando la calidad del mismo (incluso he leído que, pese a su título, no tiene nada que ver con el anarquismo), Powell manifestó su rechazo hacia su obra, intentando censurarse, incluso. 

No quiero extenderme más, y eso que no he entrado en el punto de renunciar a nuestras ideas por lo que pueda pensar la gente de nosotros (véase como ejemplo el que yo soy atea). Pero, en fin, creo que es un tema para dar y tomar, sean principiantes, sean escritores consagrados que renuncian de la calidad de sus primeras novelas, o periódicos, blogs, todo el que se exprese y tenga miedo a hacerlo. 

¿Cómo lo veis vosotros? ¿Estáis de acuerdo con Nietzsche? ¿Y con el caso de Powell? ¿Os habéis censurado alguna vez? ¿Lo habéis permitido? 


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