PÁGINA 170 · CAPÍTULO 18: CAMINOS A LUGARES SEGUROS · EL
NOMBRE DEL VIENTO (P. ROTHFUSS)
…
‘Quizá la mayor facultad que posee nuestra mente sea la capacidad de
sobrellevar el dolor. El
pensamiento clásico nos enseña las cuatro puertas de la mente por las que cada
uno pasa según sus necesidades.
La primera es la puerta del
sueño. El sueño nos ofrece un refugio del mundo y de todo su dolor. El sueño
marca el paso del tiempo y nos proporciona distancia de las cosas que nos han
hecho daño. Cuando una persona resulta herida, suele perder el conocimiento. Y
cuando alguien recibe una noticia traumática, suele desvanecerse o desmayarse.
Así es como la mente se protege el dolor: pasando por la primera puerta.
La segunda es la puerta del
olvido. Algunas heridas son demasiado profundas para curarse, o para curarse
deprisa. Además, muchos recuerdos son dolorosos, y no hay curación posible. El dicho de que «el tiempo todo lo cura» es
falso. El tiempo cura la mayoría de las heridas. El resto están escondidas
detrás de esa puerta.
La tercera es la puerta de la
locura. A veces, la mente recibe un golpe tan brutal que se esconde en la
demencia. Puede que parecer que eso no sea beneficioso, pero lo es. A veces, la realidad es solo dolor, y
para huir de ese dolor, la mente tiene que abandonar la realidad.
La última puerta es la de la
muerte. El último recurso. Después de morir, nada puede hacernos daño, o eso
nos han enseñado.’
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Últimamente tengo mucho que hacer, y no hay mucho que yo más adore que
estar ocupada; quizás el blog se resienta un poco, pero, aunque decaiga tanto
como caigo yo, estoy empeñada en seguir adelante; y que si esas son las cuatro
puertas de Rothfuss, que la mía se convierta en esta ventana virtual, ¡nos
vemos pronto!